Publicado en la revista Útil (Perú Octubre 2018)
Características de la persona que sabe tomar decisiones
Tomar decisiones es algo tan común que no nos damos cuenta de que muchas veces lo hacemos casi de forma automática. Por ejemplo, cuando cada mañana escoges tu vestuario, cuando elijes la ruta que seguirás para ir a la oficina, cuando compras un refrigerio, etc. Aunque todo el día estamos tomando decisiones seguramente estamos lejos de ser expertos en el tema de decisiones. Pues muchas de estas decisiones las hacemos de modo inconsciente, invirtiendo muy poco tiempo en ellas. El problema surge cuando estamos frente a decisiones que merecen toda nuestra atención, pues sus consecuencias son de gran impacto en nuestra vida personal, laboral o empresarial.
A continuación, recurriremos a la sabiduría milenaria que se encuentra en el libro de los Proverbios, estos breves pensamientos están llenos de enseñanzas prácticas que nos servirán de referencia en nuestro acercamiento a este importante tema. Lo que buscamos es identificar el perfil de las personas más sabias en tomar decisiones, y queremos confrontarnos nosotros con las características que describen a un buen decisor.
1. BUENA REPUTACIÓN.
“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro” (Proverbios 22:1).
Aunque en las películas se pueda ver que un maligno personaje siendo odiado por todos tiene éxito en las cosas que se propone. En la vida real es muy valiosa y determinante la reputación. Efectivamente la opinión que la gente tiene de nuestra persona, ese concepto que vamos forjando con el paso de los años es invaluable. No es sólo cuestión de tener un récord de buen pagador en el sistema financiero, ni de pertenecer a determinado club o asociación. Es la percepción que nos ganamos con nuestros actos ante nuestro entorno.
Podemos reconocer a un buen tomador de decisiones porque tiene una buena reputación. Esto debido al buen desempeño mostrado ante las exigencias y las circunstancias más difíciles, es así como se muestra una persona prudente e inteligente. Esto genera la confianza de la gente con la que convive alrededor. Ya sea que tenga un liderazgo oficial o un nivel de influencia limitado muchos van a escuchar su opinión por su buen juicio y por ende tomaran en cuenta sus decisiones.
2. ACTITUD PREVISORA.
“El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño” (Proverbios 22:3).
Cuantas veces hemos dicho: ¿Cómo no me di cuenta? ¿Por qué lo hice? Hoy en día nuestra sociedad es más compleja que antes. Por eso cuando tomamos decisiones debemos estar muy atentos a las consecuencias que podamos provocar. Si somos diligentes en nuestro análisis pronto encontraremos riesgos y trampas en los diferentes ámbitos de nuestras decisiones. Recordemos que prever significa “preparar o disponer con antelación los medios necesarios para disminuir los efectos negativos de una acción”. Nadie puede conocer con exactitud que va a ocurrir, ni aun en el futuro próximo, pero si podemos identificar algunas señales que nos permitan anticipar y vislumbrar tendencias.
Por ejemplo, si un cliente exagera su capacidad de compra, y vemos un manejo poco serio de su negocio, debemos anticipar y evitar darle mucho crédito. O también tratándose de proveedores, debemos pensar con detenimiento, porque puede significar apoyar a empresas que en el largo plazo no sean buenas aliadas. Por ejemplo, si soy un comerciante y veo como uno de mis proveedores le vende a mis clientes y que en otros lugares a puesto tiendas para competir con negocios como el mío, tengo que analizar bien mi decisión.
3. SABE ELEGIR A LAS PERSONAS.
“No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos” (Proverbios 22:24).
Estos son tiempos de gran competitividad. Sin embargo, las victorias rara vez son de héroes o personas superdotadas, sino mas bien de equipos de personas que trabajan por objetivos definidos. Sin embargo, la selección de estas personas que conforman el equipo es una de las decisiones más importantes (sea en el ámbito empresarial o colectivo). Pues como dice el antiguo refrán: no todo lo que brilla es oro.
Si bien es cierto que cada puesto requiere varias fortalezas definidas, por ejemplo, para el personal operativo buscaremos mayor resistencia física, para el personal contable buscaremos el dominio de los cálculos, para el personal de fabrica buscaremos la mejor pericia técnica, etc. Sin embargo, hoy nos damos cuenta de que sólo estas fortalezas no bastan para lograr un alto desempeño. Sino que cuando decidamos quien se incorpora debemos identificar si estos candidatos son hábiles para el manejo de sus emociones. Si saben reconocer los sentimientos propios y ajenos. De lo contrario no encajaran bien en el equipo.
4. ES PRUDENTE.
“No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste” (Proverbios 23:4).
La prudencia es un atributo muy poco valorado hoy en día, muchas veces se le identifica con el temor o la inexperiencia. El diccionario define al prudente como “aquel que piensa acerca de los riesgos posibles que conllevan ciertas actividades, y modifica la conducta para no recibir perjuicios innecesarios”. Hoy la prudencia es sumamente importante pues nos brinda el espacio para la reflexión y la pausa necesaria para evitar las decisiones apresuradas.
Cuantas veces nos enteramos de personas que no lo pensaron dos veces cuando vieron la oportunidad del dinero fácil, no se preocuparon por las cuestiones éticas ni tampoco por la legalidad de sus actos. Pronto pasa el tiempo y las cosas salen a la luz y las consecuencias los alcanzan, es allí cuando lamentan profundamente su falta de prudencia. El ser prudente nos brinda los criterios para decir no a lo que implica un riesgo innecesario. O lo que es mas grave nos permite identificar riesgos ocultos que la mayoría de las personas no identifica en un comienzo.
5. ES INTEGRO.
“No traspases el lindero antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos” (Proverbios 23:10).
En ciertas zonas populosas hay una creencia: que el origen de las riquezas proviene del abuso y de la astucia de algunos privilegiados. Sin embargo, hoy cada vez es más aceptado que la creatividad e innovación es la nueva fuente de las riquezas. Es decir, no tienes que ser un estafador para ser exitoso, no tienes que vivir en la informalidad para tener una empresa rentable. Por ello se puede apreciar más la sabiduría de los antiguos que motivaban a la integridad, que llamaban a respetar los acuerdos, que no se abuse del débil. El trabajo y la estrategia generan las oportunidades de éxito de hoy.
Tener rapidez en tomar decisiones demanda de nosotros que tengamos principios claros, no negociables. Por ejemplo, ¿usted puede hacer propias estas frases? “no aceptare ningún acuerdo que implique el perjudicar al débil y desamparado”, “no invertiré tiempo en pensar como robar usando alguna estratagema legal”, “no dejare de cumplir con los beneficios de mis empleados usando la viveza criolla”. Si tenemos claros los principios simplificamos las decisiones.
6. SABE INVESTIGAR Y SELECCIONAR.
“Aplica tu corazón a la enseñanza, Y tus oídos a las palabras de sabiduría” (Proverbios 23:12).
Un buen tomador de decisiones no es un producto acabado, que llega a un nivel en el cual ya no comete ningún error. Sino más bien es una persona que esta en pleno crecimiento, aprendiendo y replanteándose sus propios conocimientos. Pero esto sólo es posible si se invierte tiempo en investigar, aprender y seleccionar los mejores conocimientos para tenerlos disponibles para nuestro uso.
Que importante es que el tomador de decisiones se capacite e incremente su experiencia y pericia. Los años, la rutina y sobre todo el orgullo nos aleja de la realidad del mercado y del consumidor. Cada líder en la posición de tomar de decisiones que involucran del bienestar de otras personas debe tener la práctica de un aprendizaje constante, sea de modo autodidacta o a cargo de verdaderos especialistas externos. Recordemos que para aprender se requiere humildad.
7. LOGRA AUTOCONTROLARSE.
“No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya avergonzado” (Proverbios 25:8).
Muchas veces las decisiones se toman precipitadamente, guiados por las emociones (temor, ira, euforia, enamoramiento, etc.). Esto hace que fácilmente todo lo analizado por la razón ceda ante lo que el corazón quiera hacer. Por ello el lograr autocontrolarse significará una tremenda victoria que nos dará la oportunidad de tener el espacio para decidir bien, no por la emoción sino por los objetivos y la estrategia planeado.
Terminaremos diciendo que en la medida que estas características sean parte de nosotros, tendremos mayores posibilidades de mejorar nuestras decisiones. Sabiendo que, como líderes de nuestro hogar, nuestra empresa, nuestra comunidad tenemos la oportunidad de beneficiar a nuestro entorno con los resultados de buenas decisiones. Pero también tenemos la responsabilidad de evitar perjudicarlos con nuestras malas decisiones. Hagamos el mejor de nuestro esfuerzo y mayor de nuestra preparación, dejémosle a Dios el resto.
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