Publicado en la Revista Útil - Marzo 2018.
En la vida cotidiana, como en los negocios, cada día nos
vemos en la necesidad de enfrentar diversas decisiones, algunas de ellas más
difíciles que otras. Por eso es de mucha utilidad tener como referencia algunas
reglas establecidas para lograr descartar opciones con rapidez y a la vez poder
reducir los errores en la toma de decisiones. Hemos identificado un conjunto de reglas que nos serán muy
útiles para simplificar el proceso de decidir. Estas reglas han sido extraídas
del libro de los Proverbios, texto bíblico que tiene aproximadamente tres mil
años de antigüedad. No obstante, veremos que contiene una enriquecedora
sabiduría con aplicaciones muy practicas:
1. La regla de
la prudencia.
“Con
sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza” (Proverbios
24:3).
Estamos en una sociedad que privilegia el éxito, expresado
mayormente en dinero, poder y felicidad. Esto puede motivar a muchos a tener
como herramientas o armas infalibles a su inteligencia, su conocimiento o sus relaciones.
Sin embargo, a veces se descuida a la sabiduría en uno de sus mejores significados:
“conducta prudente en la vida o en los negocios”.
Ante decisiones importantes, antes de saturarnos de cálculos
y métodos. Hagamos el ejercicio de preguntarnos si tomar ese camino es una
decisión prudente. Distinguiendo la prudencia del temor al cambio o de la
aversión al riesgo. Tengamos presente que muchas veces la inteligencia “silencia”
a la sabiduría, que la abundancia de recursos “callan” al criterio, y que la anhelada
recompensa “ciega” nuestro control de riesgos.
2.
La regla
del saber.
“con
conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable”
(Proverbios 24:4).
Como una regla complementaria a la anterior ahora si debemos
buscar el conocimiento, es decir debemos averiguar empleando nuestras facultades
intelectuales la naturaleza, las cualidades y las relaciones de las cosas o de
la decisión que nos preocupa. Esto implica recolectar información documental (leer,
investigar, etc.) y también buscar información de campo (encuestas,
entrevistas, visitas, etc.), según sea el objeto o el tema del problema que
tenemos en mente.
Muchos dicen “la información es poder”. Si, pero sólo la
información validada. Pues muchas veces de manera tendenciosa nos hacen llegar información
incompleta. Siempre debemos tener las reservas del caso y asegurar de cruzar la
información con diversas fuentes antes de precipitarnos a tomar una decisión
incorrecta. Por otro lado, la información es poder si es que sabemos usarla,
porque la acumulación de datos no nos da ventaja si es que no se traduce en
tácticas y estrategias concretas.
3. La regla
del consejo
“Porque
con dirección sabia harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está la
victoria” (Proverbios 24:6).
Una regla clave que debemos considerar cuando estemos ante
decisiones importantes es buscar el consejo sabio. Muchas veces no es
suficiente el análisis propio, mucho nos va a ayudar recibir la opinión y la
evaluación de otras personas. Primero conversemos con aquellas personas de buen
criterio que sean confiables (cónyuge, familiares, amigos, etc.) e
inmediatamente busquemos el consejo especializado de profesionales en el tema
de nuestro interés (técnicos, vendedores, abogados, etc.).
A veces no somos conscientes del beneficio de la diversidad
de perspectivas que se puede reunir al escuchar a otras personas involucradas
en nuestro quehacer. Un gerente conversando con un obrero, un maestro
dialogando con un alumno, un oficial militar entrevistando a un soldado puede
lograr enriquecer su propio proceso de decisión. Ahora esto llega a ser
realmente útil si estamos dispuestos a confrontar nuestra propia visión del
problema frente a otras perspectivas que muchas veces enfatizan aspectos que
habíamos dejado de lado. Se requiere una dosis de humildad.
4.
La regla de
la diligencia
“Si fueres
flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida”. (Proverbios 24:10).
Esta regla es una de las menos populares en nuestra sociedad
actual. Ahora muchos buscan hacer el menor esfuerzo y desean obtener el máximo
de satisfacción. Sin embargo, el libro de los Proverbios nos hace recordar que,
si optamos por una vida ligera sin responsabilidad nuestro potencial de
trabajo, de sacrificio y aun nuestra fuerza se verán mermados y por tanto
nuestra efectividad poco a poco entrará en declive.
Este libro nos brinda una interesante ilustración, pues
usando un insecto nos muestra un modelo de trabajo: “Anda a ver a la hormiga,
perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección: aunque no tiene quien la
mande ni quien le diga lo que ha de hacer, asegura su comida en el verano, la
almacena durante la cosecha”. Finalizo este punto con otro proverbio: “El alma
del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será
prosperada”.
5.
La regla de
la perseverancia
“porque
el justo cae siete veces; y vuelve a levantarse, pero los impíos caerán en la
desgracia” (Proverbios 24:16).
En la vida familiar o en el mundo de los negocios no podemos
evitar el fracaso. Conocemos personas que debido al gran cuidado que toman en
sus acciones logran minimizar el impacto negativo, pero difícilmente alguno queda
totalmente libre de perdidas. Por ello siempre será importante evaluar la
pertinencia de la meta que perseguimos. Pero si estamos seguros de la gran
oportunidad que tendríamos al alcanzar los objetivos, entonces debemos
perseverar. A pesar de tener la corriente en contra.
Es frecuente que mientras experimentamos temporadas de poco
éxito, veremos alrededor de nosotros personas que van prosperando
aceleradamente. Aunque parece que la suerte esta solo de su lado, con el transcurso
del tiempo mucho de ese éxito se va diluyendo. Pues su crecimiento fue sobre
bases débiles o en algunos casos con acciones reñidas con la moral o la ética. Lo
mejor es apostar por el camino de trabajo y la perseverancia.
6.
La regla del
cuidado.
“Hijo
mío, teme al Señor, y al rey, no te asocies con los que son inestables”
(Proverbios 24:21).
La búsqueda de recursos, de talentos o de conocimiento
muchas veces no es sencilla ni alentadora, pero no debería significar que nos asociemos
con cualquiera y a cualquier precio. Recuerda que muchas veces se cumple el
dicho “caras vemos corazones no sabemos”. El conseguir buenos asociados como en
toda relación toma su tiempo. En esa búsqueda son muy reveladores los pequeños
detalles pues nos pueden dar indicios de aspectos poco conocidos y quizás hasta
incompatibles con nosotros.
Por otro lado, el respeto a toda autoridad te marca una
forma de vida y de trabajo que inconscientemente trazan líneas éticas y
culturales que servirán para evitar caminos riesgosos o por lo menos polémicos.
Hoy en día muchos practican una ética situacional según el beneficio que se
pueda obtener. Sin embargo, tener claridad en tus principios, creencias y ética
te servirá para tomar decisiones que te brindaran una vida en armonía y paz.
7. La regla de
la organización.
“Si
piensas construir tu casa, atiende primero a tus negocios, y no desatiendas a
tu familia”. (Proverbios 24:27).
Realmente cuan valioso es reconocer que en todas las cosas
hay prioridades. Para no caer en excesos que al final perjudican lo que
pensábamos iba a beneficiarnos. Por ejemplo, el caso de un hombre que con su
profesión o negocio se esfuerza mucho pensando en el bienestar de su familia, y
sin embargo al pasar los años se encuentra ya con el éxito, pero con la familia
destruida. U otra persona que logra la prosperidad económica, pero también descuido
mucho su propia salud.
Las decisiones no son el producto de una formula matemática,
ni tampoco deberían ser respuesta de un estimulo emocional (ira, miedo, etc.).
Pero si creemos que debe invertirse tiempo para reflexionar y buscar
información pertinente. Creemos que no debe ser un tema aislado, sino que debe
ser consultado apropiadamente. Y que debe demandar de nosotros compromiso y
organización para asegurar un éxito duradero.
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